Sobre nosotros, Marchando Cofradías
Música procesional y mucho más
Marchando Cofradías nace en 2021, con el objetivo de intentar llenar el vacío de no tener las bandas de música en las calles por culpa de la pandemia.
Tras una exitosa primera temporada en la que, a lo largo de 20 episodios, pudimos disertar sobre música procesional, recibimos la nominación a los premios iVoox de 2021 con mucha alegría en la categoría de ‘Músicas del Mundo’.
Hemos recibido entrevistas en programas de televisión de carácter local como fue el caso de Sentir Cofrade o Cofrademanía, para avalar y ensalzar el buen trabajo que se estaba haciendo. Llegaron los nuevos formatos, las colaboraciones, y la segunda temporada, en la que pudimos conocer músicas de más allá de nuestras fronteras.
En pleno 2024 y tras un necesario parón, volvemos con más fuerzas que nunca, con un formato renovado y con ganas de que sigan… Marchando las cofradías.
Premios iVoox de 2021 en la categoría de ‘Músicas del Mundo’
El Gran Poder de la música
400 años dan para muchas obras, cabría pensar. Mucho más si hablamos de el Señor de Sevilla, máxima devoción de la ciudad hispalense. Pero uno no tarda en extrañarse al acudir a los distintos archivos musicales disponibles y comprobar, que el silencio en el Gran Poder era sagrado.
No por corta, la lista es mala y es que el Gran Poder tiene en su haber piezas de todos los cortes, algunas muy interesantes.
Respecto a la música no procesional el Gran Poder conserva misas, himnos, suplicas y coplas de grandes compositores como Eslava, Manuel Font de Anta, Antonio Solís e incluso una cantata de Telmo Vela con letra del gran Antonio Rodríguez Buzón a mediados del siglo pasado.
De los 400 años del Gran Poder, más de 350 se los ha pegado sin marcha alguna, pues no fue hasta finales del pasado siglo XX, en 1974 cuando el maestro Pedro Gámez Laserna compuso “Ante el Gran Poder”.
Adaptación de una plegaria del mismo autor, basada en un poema de Eduardo Guerrero Domínguez escrito 1973 y que originalmente recibió el nombre de “Ante la imagen de Cristo”.
Esta marcha de 3 minutos y medio, aunque desconocida hace alarde de la gran maestría de su autor, comenzando con fuertes y juegos de percusión que introducen un argumento marcado rítmicamente que hace el amago de volver una y otra vez a la presentación hasta que finalmente lo hace para dar paso a un solemne trío final también muy marcado, donde el juego de voces y percusión es definitorio.
