Un Goku, que a pesar de que le guste muchísimo Gándara, queda lejos de los Calimero o He Man con los que crecieron el propio Cristóbal o David. En este 2024, parece ser que estas dos generaciones han confluido después de años danzando entre ellas y que, en el caso de los más jóvenes, están apretando como si fuese el Girona esta temporada a los de la tabla alta Los ‘Goku’, tras años llamando al timbre han derribado la puerta con estrenos que están dando que hablar y que por supuesto, hace que los grandes compositores se pongan las pilas. El ejemplo más claro está en la consagración de Albarrán con su marcha ‘El Mayor Dolor’, que ha conseguido poner de acuerdo a los que nunca había llegado tocar y a los que ya venía tiempo convenciendo. Y lo de poner a gente de acuerdo en el mundo cofrade, ya sabes lo difícil que es.
Hace un año ‘Refugio’ sentó un debate sobre la mesa sobre lo que es apropiado o no; tras esto, Martínez-Recio ha cambiado de registro por completo, acercándose al folclore más noventero, desde una visión académica. Una genialidad que lleva el nombre de ‘La Virgen de Nervión’. Pablo, como sé que estás leyendo, espero pronto una nueva marcha, calará más o menos, pero nunca nos dejas indiferentes y eso lo agradezco muchísimo. De la misma forma en la que hace 100 años Farfán experimentaba en ‘Pasan los Campanilleros’, Carlos Llano, uno de los jóvenes con la música más maltratada, ha conseguido llegar a la boca de todos con ‘La Gitana’, incluyendo las palmas y que, guste o no, ha dado muchísimo que hablar.
Mención especial a Pedro Gálvez, que ha estrenado ‘Reina del Pópulo’ y que pronto verá su primera obra en Sevilla con ‘La Virgen de las Mercedes’ para el tiro de Línea. También a Carlos Guillén y Christian Artero, que con su ‘De tu Divino Costado’ y ‘Saeta en San Pablo’ respectivamente, han vuelto a reafirmar su postulado a ser competencia digna y sana en la generación Goku que ya comienza a apretar. Una noticia que me alegra oír, sobre todo en las bandas, que apuestan por los nuevos nombres y ahora sí, después de artículos sobre las cascadas de estreno o debates manidos en barras de bar, podemos decir que sí, que estamos ante una edad dorada. ¡Larga vida a los Goku!